EL GOBIERNO DEL CAMBIO Y LOS OBSTÁCULOS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Entre el maltrato laboral y la desesperación por cumplir metas

Muchos colombianos apoyamos la llegada de un gobierno de izquierda en un país en el que la desigualdad social y la concentración de la tierra en pocos propietarios es impresentable, las medidas moderadas estaban y están lejos de lograr los cambios que se necesitan. Como lo ha manifestado el presidente Petro en diferentes ocasiones, ser gobierno no necesariamente significa ser poder; muchos de los cambios requieren el impulso de las otras ramas del poder, principalmente la legislativa en la que convergen todos los partidos políticos, en su mayoría tradicionales que en nada les molesta el statu quo que se pretende cambiar. Por ello, el respaldo popular a las reformas es imprescindible, no hay que olvidar que el pueblo es determinante a la hora de tomar de decisiones, puesto que estamos en una democracia participativa, por lo que, no puede pretenderse que la participación de la ciudadanía solo sea a través del voto o radicando derechos de petición.

En Colombia la rama ejecutiva tiene facultades excesivas, hay cosas que están en manos del gobierno de izquierda para gestar los cambios; sin embargo, se ha encontrado con un aparato gubernamental históricamente experto en no hacer nada, en decir que NO, en no reconocer derechos, postergando solicitudes básicas en trámites burocráticos sin fin que nunca solucionan nada; justificando de mil y una formas legales y operativas porque los procesos no pueden realizarse. Este aparato institucional ineficiente no es algo que hubiese molestado a gobiernos anteriores, pero sí ha sido evidenciado por la rama judicial con los sucesivos estados de cosas inconstitucionales declarados por la Corte Constitucional.

No se puede acusar a este gobierno de no tener voluntad, por lo menos en el discurso las intenciones de cambios se sienten en cada una de las entidades pertenecientes al ejecutivo. Pero, el choque constante con este Estado históricamente inoperante se ha convertido en un obstáculo insalvable, obstáculo que no se ha sorteado de la mejor forma y que en parte podría explicar la baja ejecución presupuestal. Las preguntas son: ¿Sobre quién ha recaído el peso o la culpa de que este aparataje estatal anacrónico no permita alcanzar las metas y con ellos los cambios prometidos por este gobierno? y ¿De qué forma ha tratado el gobierno de Petro de sortear este problema?

La respuesta a la primera pregunta es sencilla: sobre el eslabón más débil de la cadena, a saber, las y los trabajadores contratistas independientes, la mayoría de trabajadores del sector público están vinculados a las entidades mediante esta figura y por ende fácilmente precarizados y sin estabilidad laboral alguna.

La respuesta a la segunda pregunta es aún más desalentadora, la forma como este gobierno está tratando de sortear esta inoperancia estatal, es con maltrato laboral hacía sus trabajadores, porque, aunque resulte redundante, se hace necesario decirlo, los contratistas son trabajadores, a continuación, se enumeran algunas formas de maltrato:

1. Las y los contratistas se están desdoblando en sus jornadas laborales, sacrificando sus descansos, su convivencia familiar y esparcimiento. Desde el mismo presidente Petro con anuncios como el realizado el pasado primero de mayo: «He pedido que donde están nuestras prioridades programáticas el Gobierno trabaje día y noche[1]. Parece que, algunos directivos han tomado este discurso a rajatabla y en lugar de contratar más personal para poder funcionar de noche, lo que se hace es exigirles a los mismos contratistas que respondan de día y de noche. En este mundo cíclico, resulta perturbador que la lucha por el triple 8[2] liderada por María Cano hace aproximadamente 100 años, se tendrá que volver a plantear ante un gobierno de izquierda.

2. El menosprecio al conocimiento. Si bien la estructura estatal está pensada para no hacer nada, no por ello se puede ir al extremo de ignorar la experiencia, de despreciar el conocimiento y aporte de los trabajadores. No se puede gobernar con discurso. En algunas instituciones incluso se ha llegado al absurdo de rechazar lo tecnológico, regresando al manejo de la información gubernamental en décadas sin la protección debida a datos sensibles. No pueden gobernar solos, a oídos completamente sordos de quienes viven el día a día de la gestión estatal, de quienes han estudiado y se han preparado para esto, el riesgo que se corre es el de caer en un gobierno inepto. Los testimonios de muchos contratistas es que los directivos se limitan a decir… “Si no está de acuerdo, váyase”. Las responsabilidades económicas frente a sus familias y las personales, les obliga a trabajar manteniendo silencio y con maltrato laboral. La dignidad es inherente al ser humano y el trabajador no la deja en la puerta de la entrada de la entidad, silenciarlos es anularlos como sujetos de derechos y personas, vulnera su dignidad.

3. Acoso laboral. No se puede aprovechar la permisividad de esta forma de contratación para desconocer el respeto hacia las y los trabajadores que prestan sus servicios a las entidades públicas e ignorar la experiencia de muchos de estos trabajadores. Las directivas de las entidades públicas deben estar a cargo de personas con sentido humano que entiendan que el cambio va más allá del discurso y por el contrario hemos recibido testimonios que en algunos casos se menciona el recibo de comentarios hirientes que no solo ponen en duda su ejercicio profesional, sino que llegan a cuestionar su valor como ser humano y persona. Algunos se quejan de cansancio, afectaciones de salud física y mental. Recordamos que el trabajo tiene especial protección constitucional y no existe ninguna excusa para vulnerar este derecho.

Los contratistas no tienen la culpa de este Estado inoperante, no crearon las normas y no son quienes toman las decisiones estratégicas que tienen en vilo el cumplimiento de las metas para este año. Maltratándolos no se va a solucionar este problema, no se va a cambiar esa cultura del “nada se puede” a partir de humillaciones, insultos y amenazas.

Este llamado es un secreto a voces; algunas de estas prácticas han salido a la luz en los medios de comunicación[3]. Sin embargo, denunciar abiertamente estas cuestiones resulta extremadamente difícil debido al temor a represalias con finalización de contratos. Lo irónico es que muchos de los contratistas que se recogen con lo aquí expuesto apoyaron este gobierno, seguimos queriendo un cambio; y no resulta lógico que muchos de ellos se sientan tratados como enemigos de las reformas.

Otro elemento para tener en cuenta son las promesas incumplidas por parte del Ministerio del Trabajo a los contratistas, cartera que se encuentra en cabeza de grandes líderes del movimiento sindical, y de la cual existe una gran expectativa en su actuar. Pero en este tema, aún no se ha observado su intervención y su silencio ha sido absoluto. Por lo anterior, teniendo en cuenta que si hay acciones que están en sus funciones y capacidad de resolver, que no requieren de la aprobación de una reforma alguna en el Congreso para que se pueda intervenir y solucionar, proponemos:

❖ Impartir directrices inmediatas encaminadas a superar el acoso y maltrato laboral en consonancia con lo estipulado por el CONVENIO 190 de la OIT.

❖ Investigar a quienes incumplan estas directrices, realizando llamados de atención, sanciones a lo que dé lugar a los directivos de las entidades que atentan de alguna forma con la dignidad de las y los trabajadores contratistas.

❖ Generar herramientas y estrategias que permitan a las y los contratistas denunciar el acoso que puedan sufrir con plenas garantías, como lo es no ser desvinculados por ejercer su derecho.

❖ Incluir un capítulo de contratistas en las negociaciones estatales del próximo año

❖ Fomentar la sindicalización de todos los trabajadores en el sector público indistintamente de su tipo de vinculación

Señor presidente Gustavo Petro Urrego, las y los contratistas le apostamos al cambio, consideramos que este gobierno no puede dejar intacto el modelo de administración estatal actual. Creemos que las transformaciones, por lo menos al interior del ejecutivo se deben de hacer de abajo hacia arriba, incluir y escuchar no solo a la población beneficiaria de estas entidades, sino también a las personas que estamos trabajando para que esto se logre. Este sí sería un excelente legado de este gobierno, cambiar el Estado experto en decir que no, a un Estado garantista, eficiente y preventivo.

[1] https://www.vanguardia.com/politica/trabajar-de-noche-implica-duplicar-el-periodo-presidencial-y-equivale-a-una-reeleccion-gustavo-petro-EE6622341

[2] 8 horas de trabajo, 8 de estudio y 8 de descanso

[3] El acoso laboral en el Gobierno Petro | Cambio Colombia https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/el-dificil-ambiente-laboral-que-se-vive-en-minciencias-que-esta-sucediendo-787952

https://www.wradio.com.co/2023/07/19/infierno-en-minciencias-funcionaria-habria-muerto-por-estres/

https://www.semana.com/nacion/articulo/pese-a-reforma-laboral-denuncian-graves-irregularidades-por-contratos-de-prestacion-de-servicios-en-la-agencia-nacional-de-tierras/202340/

https://www.semana.com/politica/articulo/temblor-en-el-servicio-geologico-colombiano-denuncias-por-maltrato-acoso-laboral-barrida-de-contratistas-y-manejos-arbitrarios-el-director-esta-en-el-ojo-del-huracan/202309/

https://elpais.com/america-colombia/2023-11-10/me-dio-miedo-denunciarla-porque-es-poderosa-siete-acusaciones-de-acoso-laboral-contra-la-directora-del-centro-de-memoria-historica.html?ssm=TW_CC

https://www.mutante.org/contenidos/agotados-e-infelices-el-estado-actual-de-funcionarios-publicos-en-colombia/

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